Por Ana Camacho
Es comprensible que las quejas del movimiento prosaharaui en varios blogs y webs contra el silencio informativo de los llamados medios tradicionales hayan arremetido enérgicamente contra la televisión pública a la que todos los ciudadanos contribuimos con nuestros impuestos. Sin embargo, el compromiso del informador a ofrecer al ciudadano una información veraz y completa, uno de los dogmas de todo código ético de la profesión periodística aquí o en Honolulú, no distingue entre medios de propiedad pública y privada. La única diferencia es que, a la hora del pataleo, poco margen de maniobra le queda al consumidor con una televisión pública sin publicidad que seguirá alimentándose de nuestros impuestos aunque todos nos pusiésemos de acuerdo para un apagón de protesta. En cambio, con un medio `capitalista´, siempre puede promoverse una interesante represalia ciudadana a base de no pagar el euro en el kiosco o no pinchar las versiones digitales para evitar engordar un tráfico del que dependen los ingresos por publicidad.
Como contamos en
Espacios Europeos destacándolo con un
buen titular, Televisión Española (RTVE) no dijo ni mu de la gira del
embajador estadounidense y enviado personal del secretario general de la ONU
Ban Ki-moon, Christopher Ross por Marruecos, Argelia, Sáhara Occidental y
Mauritania en busca de soluciones al conflicto saharaui. Ha habido grandes
quejas al respecto en el movimiento de solidariedad prosaharaui. Pero, ¿y el
resto de los medios? Nadie ha protestado por ello pero, en diario El País, por
ejemplo, también hicieron como que en la antigua provincia española número 53
en esa semana (y por supuesto la siguiente) no hubo noticia que valiese la pena
reseñar. Ni de la gira diplomática del enviado onusiano ni de la ola de
manifestaciones con que la población intentó llamar la atención del diplomático
ni de la brutal represión con la que reaccionaron los invasores para silenciar
sus voces.
Es comprensible que las quejas del movimiento prosaharaui en varios blogs y webs contra el silencio informativo de los llamados medios tradicionales hayan arremetido enérgicamente contra la televisión pública a la que todos los ciudadanos contribuimos con nuestros impuestos. Sin embargo, el compromiso del informador a ofrecer al ciudadano una información veraz y completa, uno de los dogmas de todo código ético de la profesión periodística aquí o en Honolulú, no distingue entre medios de propiedad pública y privada. La única diferencia es que, a la hora del pataleo, poco margen de maniobra le queda al consumidor con una televisión pública sin publicidad que seguirá alimentándose de nuestros impuestos aunque todos nos pusiésemos de acuerdo para un apagón de protesta. En cambio, con un medio `capitalista´, siempre puede promoverse una interesante represalia ciudadana a base de no pagar el euro en el kiosco o no pinchar las versiones digitales para evitar engordar un tráfico del que dependen los ingresos por publicidad.
Ya que estamos, he aquí un pequeño
repaso a la cobertura de esta gira de Ross en la que el enviado onusiano no
dijo gran cosa pero que, en todo caso, constituye una noticia que no debería
faltar en las hemerotecas. Si, como dicen, en el Consejo de Seguridad de la ONU
tiene previsto retomar la cuestión del Sáhara Occidental, los lectores siempre
agradecerán y se supone que el informe que haga Ross de su visita y entrevistas
podría tener alguna repercusión en el planteamiento de estos debates. Omito los
informativos de las otras cadenas ya que, lo confieso, pese a sus
imperfecciones sólo puedo con los informativos televisivos de la pública, entre
otras cosas, porque los demás suelen ser muy pobres o totalmente desinteresados
en lo que se refiere a política internacional.
Ross llegó a la región afectada
por el conflicto del Sáhara Occidental el pasado día 14. Empezó por Marruecos,
luego fue a los campamentos saharauis en Argelia y de ahí al Sáhara ocupado y,
por último, a Mauritania donde acabó su gira el lunes, día 21. Si consultamos
las hemerotecas digitales, en el Abc no encontramos mención de este movimiento
diplomático hasta el pasado día 21. El día siguiente el diario publicó otra
información que titula por los incidentes que jalonaron la visita del enviado
de Ban Ki-moon. En la Razón, he hallado una noticia del día 20 titulada El Frente Polisario denuncia 100 heridos en
la represión marroquí en el Sahara. Algo es algo, aunque el titular ponga
en guardia sobre el hecho de que la fuente es parte interesada en el conflicto
y, por lo tanto, podría exagerar.
He empezado este repaso por medios
identificados por la derecha porque, en la izquierda, los resultados son
desoladores. En lo que queda del diario El Público nada de nada, y eso que
presumen de sacar exclusivas de este tema. En La Vanguardia, que siempre tuvo a
gala tener una buena información de política internacional, ídem de ídem. Pero,
especialmente sorprendente resulta el vacío de El País: la última noticia sobre
el Sáhara Occidental sigue siendo hasta hoy del 11 de octubre. Es una
información sobre el Festival Internacional de Cine del Sáhara (FiSahara) con
una bonita fotografía de dos cineastas sonrientes muy alejada de la tensión que
se ha vivido en El Aaiún, Smara o Dajla con los saharauis desafiando a las
fuerzas marroquíes con sus protestas, y los invasores represaliando a porrazo
limpio.
En mi caso, no me sorprende. Pero
resulta que recientemente ha corrido la voz entre los que apoyan la causa del
Sáhara de que había señales positivas sobre un posible cambio en esa política
informativa que le ha valido a El País ser señalado por su escoramiento
promarroquí (véase el artículo del venerable profesor Luis
Portillo). Me refiero a ese optimismo que despertó entre algunos el hecho
de que los directivos del diario tuviesen a bien incluir en la paleta de sus
numerosos blogs uno con temática saharaui. Quizás, pensé, es ahí donde han
dejado hueco a la visita de Ross. Pero me dí un rodeo por el blog de la ilusión
que se llama ¿Y dónde queda el Sáhara?
y me encontré una entrada con un texto sobre la lluvia: `Ella juega y se
esconde, ella es libre y se divierte...´ Un texto que rezuma poesía por los
cuatro costados, de gran valor literario y espléndidamente ilustrado. Pero de
lo que está pasando en el Sáhara, de lo que está sufriendo la gente en los
territorios ocupados, ni lluvia ni gota.
Pd.: Por cierto, acabo
de echar un vistazo antes de cerrar esta entrada y otro dato sobre los medios y
el Sáhara: la prensa `tradicional´, no le dedica ni un breve al llamamiento de
la familia del preso Abdeljalil
Laaroussi, perteneciente al Grupo de Gdeim Izik, preso político que se
debate entre la vida y la muerte en una cárcel marroquí de Salé por no recibir
la debida atención médica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario