lunes, 2 de mayo de 2011

La revolución árabe se reinventa



"[...] Mientras esta generación de líderes se regodea en los placeres, ignorando lo que se avecina en sus respectivos países, una nueva generación de jóvenes, apoyada en el desarrollo exponencial de los avances de la tecnología de la información, gesta silenciosamente la revolución.
Los últimos 20 años transformaron al mundo en general, pero tuvieron un impacto excepcional en el mundo árabe. La cadena de televisión de Aljazira, inaugurada desde hace mas de una década, no solo revoluciona los medios de comunicación en el mundo Árabe, sino que también transforma radicalmente su mentalidad. Los pueblos árabes dejan de ser prisioneros de la única opción que se ofrecía constantemente desde los medios de comunicación oficiales.
Caen los mitos, prolifera el conocimiento, se consolida la conciencia política, se amplían los horizontes. Los árabes, del Golfo al Atlántico, se descubren mutuamente. Se liberan de la censura y observan los mismos noticieros, documentales, debates libres, críticas abiertas a la clase política y viven a diario el latir de un sentimiento compartido. Crece la repulsa generalizada de una realidad que consideran humillante. Descubren lo que sus gobiernos pretenden ocultar sobre la realidad interna de sus países, contemplan impotentes el desliz de los árabes como civilización hacia el abismo del subdesarrollo, la marginalización, y observan con envidia el resurgir de otras civilizaciones vecinas como Turquía, Persia o el estado Hebreo.
Este sentir otorga a esta nueva revolución un sentimiento panarábico. Aljazira, Internet, las redes sociales de Twitter, Youtube, Facebook etc. se convierten en los ifrit, genios y alfombras voladoras de las leyendas de oriente. Valiéndose de la alfombra mágica de internet, transmiten información de un país al otro, de una ciudad a otra y de una persona a otra en menos de un parpadeo. Crean un mundo casi mágico, dinámico, imparable, incensurable, irreprimible, que contribuye al devenir de este nuevo amanecer.
La nueva revolución Árabe acaba de comenzar. Ha conseguido ciertos logros, pero se encuentra todavía en sus inicios. Es frágil, y su liderazgo es amorfo. “L’ancien regime”, aunque decapitado en Túnez y Egipto, conserva intacta su imponente carcasa. Se recicla después de la embestida revolucionaria y no se resigna a ceder sus privilegios. [...]"

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