El lunes 16 de julio 2012, en el control sur de la ciudad de El Aaiún (Sahara Occidental), la policía marroquí detuvo a dos jóvenes activistas saharauis y a los cinco españoles que les acompañaban.
Karakoub Omar conducía el taxi de transporte y estaba acompañado de su colega Aziz Meftah. Estában en ruta para llevar a los turistas españoles Eider Aldia, Itxaso Ganboa, Anaitz Igoa, Oskar Biteri e Oihana Milika a la playa de Foum El Ouad.
Fueron detenidos por un grupo de hombres compuesto por el Bacha de la ciudad, oficiales del servicio de inteligencia y de la dirección de vigilancia del territorio DST, tras lo cual fueron retenidos e interrogados durante más de tres horas.
Los responsables marroquíes señalaron a los españoles que no debían visitar a los sospechosos (es decir, a los activistas saharauis) a menos que quisieran arriesgarse a ser expulsados del territorio (saharaui bajo ocupación).
La misma semana, las autoridades marroquíes se desplazaron hasta la cabaña de playa de la Sra. Djimi El Ghalia y de su marido, en Boulma’airdat, al suroeste de El Aaiún, reseñándoles la prohibición de hacer camping.
El Ghalia Djimi y su marido Dah Mustafa, utilizan ésta cabaña desde hace años, pero ésta vez invitaron a Sra. Michèle Decaster, secretaria general de la organización francesa AFASPA y su nieta Lilith, para mostrarles la playa durante su visita a los territorios del Sahara Occidental.
Probablemente, las autoridades decidieron hacer esta visita repentina con el fin de obstruir la libertad de circulación y de estancia de las dos francesas.
Sahara Occidental, el 18 de Julio 2012
Creo que medidas como estas, solo están demostrando que en el Sahara, es un territorio ocupado, y que los saharauis no son libres en su propio país, ni siquiera para acampar en los lugares donde han estado durante toda su vida, y que los visitantes españoles, no pueden relacionarse con los nativos del Sahara,” porque estos son sospechosos,”
ResponderEliminarPara Marruecos es sospechoso, todo aquel que no dice que “el Sahara es marroquí” y debe ser perseguido, por los servicios de inteligencia, por la policía y por todo el aparato represivo del Majzén, pero también es sospechoso cualquier extranjero que se relaciona, con los saharauis, y luego no quieren vender ,en los medios de información que en marruecos hay democracia, eso no se lo creen ni los propios ciudadanos marroquíes.