ATENEA DIGITAL Carlos Echeverría
El tiempo nos da la razón a quienes afirmamos que, tras el violento desalojo marroquí del campamento de Gdaim Izik, el pasado 8 de noviembre, y los disturbios que después se produjeron en El Aaiún, nada volvería a ser igual en términos de convivencia en el Sahara ocupado. Los siete muertos y múltiples heridos producidos el 25 de septiembre en Dajla, nuestra antigua Villa Cisneros, en los enfrentamientos entre hinchas de los equipos de fútbol Moulouidia, el local, y Chabab Al Mohamedia, el visitante procedente de dicha localidad próxima a Casablanca, que se han extendido durante tres días y han conllevado destrozos en bienes públicos y privados en Dajla como en el otoño ocurriera en El Aaiún, así lo atestiguan.
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