De las ocho misiones que tiene Naciones Unidas en África para el mantenimiento de la paz, la Misión para el Referéndum del Sahara Occidental es la única que no vela por los Derechos Humanos. No es porque no se ha intentado. De hecho, varios informes de MINURSO invitan a que así sea; sin embargo en los últimos tiempos la Francia de Sarkozy lo evitó en el Consejo de Seguridad.
La misión de Naciones Unidas para el Referéndum en el Sahara Occidental es la única de las siete misiones de la organización supranacional en territorio africano para el mantenimiento de la paz que está exenta de la vigilancia del cumplimiento de Derechos Humanos. De hecho, si los cascos azules ven disturbios entre marroquís y saharauis, deben ignorarlos, según mandato.
En el caso de la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en la República del Congo (MONUSCO) tiene autorización para emplear “todos los medios necesarios” en el objetivo de cumplir su mandato que implica el cuidado de los defensores de los Derechos Humanos, así como “garantizar la protección de los civiles ante las violaciones de los Derechos Humanos y del derecho internacional humanitario”.
La Operación de las Naciones Unidas en Costa de Marfil (ONUCI) es un caso paradigmático de injerencia en un conflicto entre nacionales, como el que tomó el año pasado, obviando a las instituciones del país, para posicionarse al lado del actual presidente Alassane Ouattara y contra Laurent Gbagbo. Durante los días del conflicto, se presenció como la ONUCI sacaba tanques a la calle y avituallaban y escoltaban a fuerzas de Ouattara. En su mandato reza: “contribuirá a la promoción de los derehcos humanos y vigilará e investigará las violaciones de los mismos para poner fin a la impunidad”. En este caso, en el Sahara Occidental, aquellos que sufren las violaciones de los derechos más básicos también se quejan, con cierta amargura y resignación, de la impunidad con la que actúan paramilitares y policías en esta zona de África ocupada por Marruecos.
Más explícita es aún la Misión de las Naciones Unidas en Liberia, que exige, en su mandato, la contribución “a las iniciativas internacionales encaminadas a proteger y promover los derechos humanos en Liberia”. Además, insiste en que se debe velar porque la Misión tenga suficiente personal con “capacidad y especialización en materia de derechos humanos para llevar a cabo actividades que los promocionen y vigilen su cumplimiento”.
En la Misión de Asistencia de las Naciones Unidas a la República de Sudán del Sur se explica que una de sus prioridades es “realizar actividades de vigilancia, investigación, verificación y presentación periódico de informes sobre derechos humanos y posibles amenazas contra la protección civil”, justo lo que vienen reclamando los miembros de la sociedad civil que apoya el movimiento saharaui.
La Fuerza Provisional de Seguridad de las Naciones Unidas en Abyei, mediante una resolución del Secretario General pide que “se asegure la vigilancia efectiva de los derechos humanos y que esa labora se incluya en los informes que se presenten al Consejo de Seguridad.
“Contribuir al fomento del respeto y la protección de los derechos humanos y las libertades fundamentales en Darfur”, indica el punto cinco del mandato que debe cumplir la Operación Híbrida de la Unión Africana y las Naciones Unidas en la ciudad de Darfur.
En el caso de MINURSO se obvian los derechos humanos, a pesar de las continuas denuncias de los residentes sobre palizas, falta de libertad de expresión, coacción o torturas. MINURSO tiene en su mandato “supervisar la cesación del fuego, verificar la reducción de tropas de Marruecos en los territorios” que ocupa, y otros asuntos vinculados al pasado bélico. También deben identificar y registrar a las personas con derecho a voto, pero no preservar sus derechos más básicos.
Cabe recordar en este punto que esto es así gracias a Francia, literalmente. Hubo ocasión de incluir en el mandato de MINURSO que velara por los derechos humanos en los territorios ocupados, pero una operación del embajador francés en la ONU lo impidió, con el apoyo de China.
237 militares y 6 agentes de policía componen esta misión que no puede velar por los derechos humanos; además hay 102 miembros denominados personal civil internacional y 164 personal civil local, además de 19 voluntarios de Naciones Unidas, según los últimos datos registrados por la organización.
En total, al año se gastan unos 63 millones de dólares en cumplir con una función básica que sigue sin resolverse. 63 millones de dólares que no dan, parece, para vigilar el cumplimiento de los derechos humanos de los saharauis.
http://www.guinguinbali.com/index.php?lang=es&mod=news&task=view_news&cat=3&id=2984
La misión de Naciones Unidas para el Referéndum en el Sahara Occidental es la única de las siete misiones de la organización supranacional en territorio africano para el mantenimiento de la paz que está exenta de la vigilancia del cumplimiento de Derechos Humanos. De hecho, si los cascos azules ven disturbios entre marroquís y saharauis, deben ignorarlos, según mandato.
En el caso de la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en la República del Congo (MONUSCO) tiene autorización para emplear “todos los medios necesarios” en el objetivo de cumplir su mandato que implica el cuidado de los defensores de los Derechos Humanos, así como “garantizar la protección de los civiles ante las violaciones de los Derechos Humanos y del derecho internacional humanitario”.
La Operación de las Naciones Unidas en Costa de Marfil (ONUCI) es un caso paradigmático de injerencia en un conflicto entre nacionales, como el que tomó el año pasado, obviando a las instituciones del país, para posicionarse al lado del actual presidente Alassane Ouattara y contra Laurent Gbagbo. Durante los días del conflicto, se presenció como la ONUCI sacaba tanques a la calle y avituallaban y escoltaban a fuerzas de Ouattara. En su mandato reza: “contribuirá a la promoción de los derehcos humanos y vigilará e investigará las violaciones de los mismos para poner fin a la impunidad”. En este caso, en el Sahara Occidental, aquellos que sufren las violaciones de los derechos más básicos también se quejan, con cierta amargura y resignación, de la impunidad con la que actúan paramilitares y policías en esta zona de África ocupada por Marruecos.
Más explícita es aún la Misión de las Naciones Unidas en Liberia, que exige, en su mandato, la contribución “a las iniciativas internacionales encaminadas a proteger y promover los derechos humanos en Liberia”. Además, insiste en que se debe velar porque la Misión tenga suficiente personal con “capacidad y especialización en materia de derechos humanos para llevar a cabo actividades que los promocionen y vigilen su cumplimiento”.
En la Misión de Asistencia de las Naciones Unidas a la República de Sudán del Sur se explica que una de sus prioridades es “realizar actividades de vigilancia, investigación, verificación y presentación periódico de informes sobre derechos humanos y posibles amenazas contra la protección civil”, justo lo que vienen reclamando los miembros de la sociedad civil que apoya el movimiento saharaui.
La Fuerza Provisional de Seguridad de las Naciones Unidas en Abyei, mediante una resolución del Secretario General pide que “se asegure la vigilancia efectiva de los derechos humanos y que esa labora se incluya en los informes que se presenten al Consejo de Seguridad.
“Contribuir al fomento del respeto y la protección de los derechos humanos y las libertades fundamentales en Darfur”, indica el punto cinco del mandato que debe cumplir la Operación Híbrida de la Unión Africana y las Naciones Unidas en la ciudad de Darfur.
En el caso de MINURSO se obvian los derechos humanos, a pesar de las continuas denuncias de los residentes sobre palizas, falta de libertad de expresión, coacción o torturas. MINURSO tiene en su mandato “supervisar la cesación del fuego, verificar la reducción de tropas de Marruecos en los territorios” que ocupa, y otros asuntos vinculados al pasado bélico. También deben identificar y registrar a las personas con derecho a voto, pero no preservar sus derechos más básicos.
Cabe recordar en este punto que esto es así gracias a Francia, literalmente. Hubo ocasión de incluir en el mandato de MINURSO que velara por los derechos humanos en los territorios ocupados, pero una operación del embajador francés en la ONU lo impidió, con el apoyo de China.
237 militares y 6 agentes de policía componen esta misión que no puede velar por los derechos humanos; además hay 102 miembros denominados personal civil internacional y 164 personal civil local, además de 19 voluntarios de Naciones Unidas, según los últimos datos registrados por la organización.
En total, al año se gastan unos 63 millones de dólares en cumplir con una función básica que sigue sin resolverse. 63 millones de dólares que no dan, parece, para vigilar el cumplimiento de los derechos humanos de los saharauis.
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