miércoles, 29 de agosto de 2012

Marruecos pierde en el Sáhara la apuesta contra Christopher Ross


Javier Otazu (corresponsal de la agencia EFE en Marruecos) / Rabat, 28 agosto de 2012 (EFE).- El Gobierno de Marruecos ha perdido el pulso que lanzó a la ONU al rechazar al Enviado Personal de su Secretario General, el norteamericano Christopher Ross, según los analistas.
El pasado fin de semana, Ban confirmó a Ross en su cargo y llamó al rey Mohamed VI de Marruecos para "reafirmar que su Enviado Personal y su nuevo Representante Especial (el alemán Wolfgang Weisbrod-Weber, nombrado en junio) cumplirán sus mandatos respectivos para promover el proceso de negociación y animar a una mejora de las relaciones marroquí-argelinas".
En mayo, el gobierno marroquí anuncio que "retiraba su confianza" a Ross por "su comportamiento desequilibrado y parcial" (supuestamente contrario a las tesis de Rabat), y desde entonces los medios marroquíes daban por seguro su reemplazo por alguna figura de prestigio internacional, para lo que llegaron a barajar nombres como el del también estadounidense Colin Powell.
Pese a que los portavoces del Secretario General dejaron claro, en varias ocasiones, que Ban seguía contando con Ross, desde el gobierno marroquí siguieron criticando al diplomático, pero la llamada del Secretario General zanja de una vez la polémica.
"Es una bofetada para Marruecos", dijo a Efe Ali Nouzla, director del portal Lakome.com y uno de los pocos periodistas que ha informado sobre el caso más allá de las interpretaciones de sesgo nacionalista.
"Retirar la confianza a Ross sin haberlo consultado con los aliados internacionales de Marruecos ni con las fuerzas dentro del país fue una torpeza y aún estamos pagando las consecuencias", recordó Nouzla.
Parecida interpretación comparte el profesor y politólogo Larbi Benotmane, quien no duda en hablar de "una enorme derrota diplomática" para su país, que en el "affaire Ross" ha tenido "un comportamiento de aficionado, alimentado por una excesiva autointoxicación".
Benotmane considera que el gobierno marroquí "no calibró las consecuencias" al recusar a Ross, a quien él considera como un político del "establishment" norteamericano, lo que significa que Rabat ha puesto en su contra a uno de sus teóricos aliados, los Estados Unidos.
Una de las quejas principales de Marruecos con respecto a Ross es su insistencia en aferrarse a la independencia de la misión de la ONU en el Sáhara (la MINURSO, que según él había sido poco estricta a la hora de reclamar su neutralidad) y su supuesto intento por hacer que esa misión tuviera un mandato sobre temas relativos a los derechos humanos.
El gobierno marroquí considera que su soberanía sobre el territorio que ocupa en el Sáhara es plena y no admitirá ningún menoscabo ni permitirá que un organismo no marroquí tenga alguna clase de autoridad por encima de la del gobierno.
Aunque no hay anunciada ninguna visita de Ross a la zona, es una incógnita saber cómo será recibido en Rabat en su próximo viaje, después de todo el embrollo diplomático.
Ayer mismo, la agencia oficial marroquí MAP recogía una entrevista al ministro delegado de Asuntos Exteriores, Youssef Amrani, en la que éste recordaba que Marruecos "necesita a un nuevo mediador de la ONU", pero se vio obligada a puntualizar más tarde, hasta en dos ocasiones, que la entrevista fue hecha en julio, es decir, mucho antes de la llamada de Ban Ki-moon al rey Mohamed VI.
El profesor Benotmane considera que el actual ministro de Exteriores, el islamista Saadedín al Otmani, no es el hombre adecuado para salir de este "impasse" diplomático, aunque no sea él quien lo haya creado, sino más probablemente alguien cercano al entorno del rey Mohamed VI.
Mientras tanto, otro actor estadounidense, aunque sea un organismo no gubernamental como es el Centro para la Justicia y Derechos Humanos de la Fundación Kennedy, también ha levantado las iras de las organizaciones y medios pro marroquíes al llevar a cabo en el territorio saharaui una misión sobre el respeto a los derechos humanos.
Aunque la delegación asegura que durante tres días se ha reunido "con un amplio espectro" de la sociedad saharaui (tanto de signo independentista como pro marroquí), ha sido blanco de ataques puntualmente recogidos por los medios oficiales por su supuesto alineamiento "con las tesis de los enemigos de la integridad territorial del Reino", según la versión de la agencia oficial MAP.

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