sábado, 16 de febrero de 2013

Juicio a los 24 de Gdeim Izik-Informe Equipe Media


El Aaiún, Sahara Occidental ocupado, 14 de Febrero de 2013
El juicio a los saharauis encarcelados por motivos políticos tras el ataque perpetrado el 8 de noviembre de 2010 por las autoridades marroquíes al campamento de protesta saharaui llamado de «Gdeim Izik » comenzó el 8 de febrero en Rabat ante el Tribunal Militar marroquí, tras haber sido aplazado en dos ocasiones. Todos denunciaron los cargos y demostraron su carácter artificial e inventado para la ocasión. Han sido muchos los que afirmaron haber sido torturados y humillados sistemáticamente en el curso de los interrogatorios hasta el punto de pensar que iban a morir.
Se cuenta en este informe el desarrollo global y cotidiano así como algunas particularidades de la intervención de cada preso político ante el tribunal.
Primer día: Viernes 8
El viernes 8 de febrero, en presencia de un buen centenar de observadores extranjeros, la corte marcial marroquí inició en Rabat el juicio contra los 24 presos políticos saharauis del grupo de «Gdeim Izik».
Esta primera jornada fijó el marco general del proceso, dando la palabra a los juristas.
Algunas familias pudieron entrar en la sala; otras quedaron bloqueadas en la entrada por los marroquíes. Les fue prohibido el acceso a los amigos de los acusados y a los activistas. Los observadores internacionales sí fueron admitidos ya fueran invitados por las autoridades marroquíes o ya apoyaran a los saharauis.
Aunque la apertura de las puertas tuvo lugar a las 9 h, la audiencia empezó a las 11 h. y terminó a las 21 h. con una interrupción de dos horas para comer.
En esta jornada, el procurador del rey anunció que quería oír los testimonios de 9 personas.
La defensa se opuso, a menos que sus identidades fueran hechas públicas y que fuera evidente que no se trataba de agentes a sueldo del régimen. El juez decidió posponer la audiencia de estos testigos al final del proceso tras haber oído a los acusados, sin precisar si entonces se exigiría que su identidad fuera desvelada.
Una segunda crítica a propósito de la forma fue antepuesta por los abogados de la defensa con respecto a la competencia del tribunal militar. En efecto, la constitución marroquí no reconoce tribunales de excepción. La corte rechazó los argumentos de la defensa y se reconoció competente en base al artículo 75 del Código de justicia militar.
Segundo día: Sábado 9
El segundo día, sábado 9 de febrero, la corte limitó la entrada de saharauis a 45 personas. Como protesta contra esta medida discriminatoria, las familias se negaron a entrar sin los activistas. Al final únicamente entraron 3 representantes de la ASVDH y 5 de CODESA. Las familias y los demás activistas se quedaron ante el tribunal manifestando su descontento.
Fueron oídos 5 presos: Ennama Asfari, Mohamed Tahlil, Hassan Eddah, Bachir Khadda y Abdallahi Tubali.
El primero en ser oído fue Ennama Asfari, activista saharaui co-presidente de la organización francesa CORELSO.
Habló del marco jurídico del conflicto del Sahara Occidental y explicó que había sido apresado el 7 de noviembre, es decir un día antes del ataque al campamento y los sucesos de aquel día.
También contó que fue maltratado y torturado en varias ocasiones.
Añadió que, en tanto que intelectual, estaba perfectamente capacitado para firmar su declaración, y denunció que le forzaran a poner su huella digital en el atestado que rechazó suscribir.
Mohamed Tahlil, Hassan Eddah y Bachir Khadda negaron los cargos. Recordaron a la corte que son activistas conocidos por sus acciones reivindicativas de la autodeterminación del Sahara Occidental.
 
 
Mohamed Tahlil habló en hassanía y pidió la presencia de un traductor de árabe clásico. Una persona hizo la traducción sin que quedase garantizado que se trataba de un traductor jurado. Parecería más bien que se trataba de un saharaui integrado en el ejército marroquí.
Tahlil afirmó que nunca había entrado en el campamento de Gdeim Izik y que tampoco había participado en su creación. Fue detenido junto a otros dos en un café de El Aaiún, el 5 de diciembre de 2010, es decir, un mes después del desmantelamiento del campamento.
Abdallahi Tubali, miembro del comité de diálogo del campamento de Gdeim Izik, explicó a su vez que la marginación de los saharauis y el expolio de sus recursos naturales fueron el fundamento de la creación de Gdeim Izik. Negó los cargos y acusó a las autoridades de ocupación de haberle secuestrado. Pidió que se escuchara el testimonio de la Sra Gajmula Mint Abbi, una parlamentaria que le visitó el 7 de noviembre de 2010. Ese día, es decir, la víspera de la intervención marroquí en el campamento, había sido herido gravemente por la policía marroquí que le atropelló con el coche.
Tercer día: Domingo 10
Domingo 10 de febrero, la corte prosiguió y escuchó al preso Ettaqui Lmachdufi que explicó que el campamento de Gdeim Izik era la prueba del rechazo de los saharauis a la ocupación marroquí. Lamin Haddi, Brahim El Ismaili y El Ayubi Mohamed declararon a continuación.
Por su parte, el preso político Mohamed Lamin Haddi se sorprendió de las acusaciones que se le imputaban y negó todas las alegaciones presentadas contra él.
«Sí, se puede morir para parar la injusticia contra nuestro pueblo » afirmó.
Al principio de su intervención, subrayó que su salud no le permitiría hablar demasiado.
Se presentó como activista para la independencia del Sahara Occidental y afirmó que las autoridades marroquíes ya habían empezado a acosarle por haber participado con otras 71 personas en un coloquio internacional en Algeria sobre « el derecho de los pueblos a la resistencia », que tuvo lugar en septiembre de 2010.
El Sr. Haddi afirmó que, previamente, su rechazo a cantar el himno nacional marroquí o a pronunciar « viva el rey » le valió ser torturado aún más por los militares marroquíes.
Brahim el Ismaili dijo que, en 1987, ya había sufrido un secuestro que duró más de 8 meses en una cárcel secreta en El Aaiún.
Recordó la legalidad internacional y las decisiones de las Naciones Unidas respecto al conflicto del Sahara Occidental.
Añadió que los crímenes cometidos por Marruecos contra la población saharaui no han cesado desde 1975, y subrayó que los refuerzos de fuerzas de seguridad y paramilitares llegados actualmente a las ciudades del Sahara Occidental vaticinan la intención de las autoridades de cometer nuevos actos de violencia. El Sr. Ismaili saludó al pueblo saharaui por su solidaridad con todos ellos.
La cuarta intervención fue la de Banga Cheij. Este joven empezó evocando ante la corte el fondo del conflicto ligado a la descolonización y el derecho de su pueblo a la autodeterminación. Citó las declaraciones del pensador americano Noam Chomsky que afirmó que la primavera árabe había comenzado en Gdeim Izik.
Recordó haber sido detenido el 8 de noviembre de 2010 en el campamento de Gdaim Izik por haber llevado medicamentos para su tía, instalada en Gdeim Izik. Recordó haber sido transportado a la gendarmería donde padeció torturas morales y físicas.
Explicó también que cada ciudad del Sahara Occidental expresa por sí misma la no soberanía de Marruecos en el territorio. Los coches de Naciones Unidas y de otras organizaciones extranjeras lo prueban con su presencia en las calles a pesar de la propaganda falsa del país colonizador.
El Sr. Ayubi Mohamed, de 60 años, a penas puede andar, pero rechazó la ayuda de los gendarmes, tachándoles de asesinos.
Acto seguido se desnudó para que los jueces pudieran comprobar las marcas de torturas en su cuerpo. Después preguntó a la corte cómo un hombre que sufre enfermedades crónicas, que no tiene ni permiso de conducir ni coche, podía atropellar a la gente. Explicó a continuación las razones que le llevaron a desplazarse junto a miles de saharauis fuera de El Aaiún: el expolio de sus recursos naturales y la marginación, pero también las trabas al derecho de autodeterminación del pueblo saharaui.
Cuarto día: Lunes 11
El 11 de febrero de 2013, el tribunal militar de Rabat prosiguió la audiencia a los presos políticos saharauis y escuchó a Mohamed Khona Babait, Lkhfauni Abdellah, Abderahman Zayu, Sidi Abdellah Abahah, Mohamed Bachir Boutengiza y Sidi Abdellah Abahah.
El acusado Sr. Mohamed Khona Babait entró en la sala cantando eslóganes a favor de la autodeterminación y de la independencia del Sahara Occidental.
Esta vez, y contrariamente a lo ocurrido la víspera, el juez interrumpió varias veces al acusado para pedirle que no se saliera del contexto y que contestara a las preguntas relativas a los cargos.
El preso Lkhfauni Abdellah negó los cargos y acusó a los servicios marroquíes de haberle torturado y humillado durante la detención preventiva y en el avión.
Explicó que es un antiguo «desaparecido», encerrado todo el año 1994 en un centro secreto de El Aaiún, y que fue detenido en 1995 por haber participado en una manifestación en Bojador.
Añadió que fue detenido en 1998 cuando intentaba alcanzar los campamentos de refugiados saharauis.
A la pregunta de por qué impidió la entrada al campamento de Gdeim Izik al gobernador de El Aaiún, declaró que había seguido las consignas, porque era un participante en el campamento y no un dirigente. Añadió que había sido detenido con una periodista española (Erena Calvo) en el puesto de gendarmería cercano al campamento.
El juez le interrumpió varias veces, lo que conllevó la protesta de la defensa. La decisión del juez de hacer un receso de 2 horas para la comida acortó la intervención de Lkhfauni Abdellah.
Otros dos presos, El Bakai Laarabi y Lafkir Mohamed M’barek, negaron igualmente las acusaciones y explicaron las circunstancias de su arresto.
El Sr. Lafkir afirmó ser activista por la independencia del Sahara Occidental y no por ello haber usado la violencia jamás.
Explicó cómo las autoridades de ocupación habían construido un muro para cercar el campamento de Gdeim Izik, comparándolo con el muro de Berlín. Denunció la tortura y las humillaciones que le habían infligido los policías y militares marroquíes. Éstos le arrancaron la barba, las uñas de los pies, y orinaron sobre él.
El Bakai fue detenido el 9 de septiembre de 2012 en Villa Cisneros cuando trabajaba en el transporte clandestino. Fue reconocido como miembro del comité de diálogo del campamento de Gdeim Izik y transportado a El Aaiún donde padeció tortura. Después fue encarcelado en Salé con los otros presos por su posición política.
Abderahman Zayu es funcionario. Afirmó amar la paz y denunciar la violencia. Es militante asociativo y dijo que su arrestó tenía que ver con sus declaraciones a la cadena internacional Al Jazeera. Afirmó haber sido torturado él también y negó todos los cargos. Repitió que el Estado saharaui era la solución.
Mohamed Bachir Butngiza también entró en la sala gritando eslóganes políticos. Empezó explicando la historia de su compromiso político. Recordó haber sido detenido en 1992 y haber pasado 8 meses en una cárcel secreta en El Aaiún.
Se vio forzado a emigrar fuera de El Aaiún porque la policía había elaborado un falso expediente acusándole de estar ligado a la droga. A pesar de que el Sahara Occidental es un país rico, emigró clandestinamente a bordo de un barquito. Siempre ha sido activo y ha participado en numerosas manifestaciones contra la ocupación marroquí.
Afirmó haber sido violado con una botella tras su arresto por el policía Hamid Bahri que le acusaba de haber matado a un soldado y haber orinado sobre él.
El Sr. Butngiza negó las acusaciones y afirmó estar dispuesto a visionar los vídeos y contestar a todas las preguntas. Terminó su intervención con «el estado saharaui es la solución».
Sidi Abdellah Abahah por su parte saludó a la AMDH (Asociación Marroquí de Derechos Humanos), al partido político Vía Democrática y a todos los honorables marroquíes, observadores, los solidarios con la causa saharaui que han acudido a presenciar el proceso.
Según él, Marruecos envió a más de 180.000 marroquíes a las ciudades del Sahara Occidental y los aparcó allí durante decenios en los campamentos alrededor de las ciudades de los Territorios Ocupados, para falsear el referéndum, dejándoles sin una posibilidad real de movimiento o de evolución.
Hizo un paralelo entre esta práctica del régimen marroquí y la acusación que pesa contra ellos de haber secuestrado a ciudadanos venidos voluntariamente y cada vez en mayor número para protestar contra la ocupación.
Quinto día: Martes 12
Martes 12 de febrero de 2013, la corte oyó a Ahmed Sbaai, Daich Dafi, Abdeljalil Laarussi¸ Mohamed Bani, Hussein Zaui y Mohamed Burial. Después, XXX testigos saharauis y uno de los 9 testigos marroquíes previstos.
Ahmed Sbaai se había desmayado el 10 de febrero y fue transportado al hospital de la cárcel.
Para empezar su intervención, declaró que durante las sesiones del interrogatorio, los instructores le habían preguntado sobre otros temas distintos a los incidentes de Gdeim Izik, sobre sus acciones y actividades políticas.
Padece una enfermedad cardiaca y asegura haberse desmayado en varias ocasiones durante la instrucción. Un médico del hospital acabó pidiendo que dejasen de torturarle.
Según él, las condiciones eran tan duras y tan dolorosas que, en esos tiempos, pensó que iba a morir y convertirse en mártir de la causa.
A la pregunta del juez de sus relaciones con Hassana Aalia, el Sr. Sbaai contestó que era un colega militante como él, y criticó las contradicciones de la policía marroquí que, sabiendo que el Sr. Aalia estaba implicado en la manifestación de Gdeim Izik, le había detenido y luego liberado al cabo de 3 días, dejándole ir a España.
Daich Dafi, miembro del comité de diálogo, también entró en la sala de audiencia entonando eslóganes a favor de la autodeterminación y la independencia del Sahara Occidental.
Se presentó como un activista asociativo y deportivo.
Para él, el violento ataque del campamento, el 8 de noviembre, es una traición y una ejemplificación de las mentiras marroquíes. Explica que el general Abdelaziz Benani, jefe de estado mayor, les había prometido 1.700 puestos de funcionarios, y ello ante los tres gobernadores que representan al Ministro del Interior marroquí. Les habían hecho creer que las reivindicaciones sociales saharauis se habían entendido, cuando en la práctica resultó ser todo lo contrario.
Declaró haber sido violado con un objeto cortante durante los interrogatorios. Mostró las marcas de tortura en su cara. Esta violencia no ha hecho mella en su determinación y se puso a repetir los eslóganes políticos.
Abdeljalil Laarussi, jefe de seguridad en el campamento, también denunció haber sido violado con un objeto cortante durante el interrogatorio. Explicó la finalidad del campamento y por qué los habitantes saharauis decidieron desplazarse allí. Dijo que las dos razones eran la reivindicación del respeto a la autodeterminación de su pueblo y la oposición al expolio de los recursos naturales de su territorio.
Las preguntas del juez se centraron en su responsabilidad real como jefe de la seguridad del campamento, sobre sus relaciones con el Polisario. Le preguntó si su jefe era Bulsan.
Mohamed Bani dijo que había nacido en 1969. Huyó con el pueblo saharaui al exilio de los campos de refugiados del Sudoeste argelino en 1975. Estudió en la escuela del 9 de junio (fecha de la muerte del mártir El Wali, fundador del Frente Polisario). Se unió al ejército de liberación saharaui, que le enseñó sólidos valores morales, y no pudo, por lo tanto, haber matado a nadie, en contra de lo que se le reprocha.
Trabajaba, cuando tuvieron lugar los hechos, en el Ministerio del Equipamiento marroquí y asegura no haberse ausentado nunca de su trabajo.
Un certificado firmado por su director regional confirma que estuvo en su lugar de trabajo hasta el 5 de noviembre. El procurador se opuso a este argumento, calificándolo de sin importancia.
Hussein Zaui, empezó su intervención saludando a la AMDH y a todas las personas solidarias con la causa de los saharauis. Añadió que era miembro del comité de diálogo y que por lo tanto había participado en las negociaciones con las autoridades marroquíes representadas por altos responsables.
El ministro del interior y tres gobernadores asistieron a estas negociaciones, que fueron dirigidas por el llamado Ilias El Omar, presentándose este último como delegado de los órganos supremos (es decir el rey y sus amigos).
El Sr. Zaui declaró que había sido objeto de tentativas de corrupción, pero que había rechazado todas las propuestas. Añadió que sufrió la violación y las torturas hasta tal punto que había tenido que ser transportado en varias ocasiones al hospital. Terminó su testimonio entonando eslóganes por la autodeterminación del pueblo saharaui.
Mohamed Burial, él también miembro del comité de diálogo en el campamento de Gdeim Izik, habló en último lugar por el grupo de presos. Preguntó a la corte por la razón de que no se hubiera llevado una investigación a raíz del asesinato del joven Ennajem Lgarhi, este joven saharaui al que mató el ejército marroquí. También confirmó que Ilias El Omar estaba presente como representante de palacio en las sesiones de diálogo y negociaciones, y era asistido por el Ministro del Interior marroquí, demostrando así la duplicidad de la palabra del Estado marroquí.
Negó todos los cargos y entonó eslóganes a favor de la autodeterminación.

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