*Fuente: Equipo Mediático (através de WSHRW)
El Aaiún, Sahara Occidental
ocupado, 14 de Febrero de 2013
El juicio a los saharauis
encarcelados por motivos políticos tras el ataque perpetrado el 8 de noviembre
de 2010 por las autoridades marroquíes al campamento de protesta saharaui
llamado de «Gdeim Izik » comenzó el 8 de febrero en Rabat ante el Tribunal
Militar marroquí, tras haber sido aplazado en dos ocasiones. Todos denunciaron
los cargos y demostraron su carácter artificial e inventado para la ocasión.
Han sido muchos los que afirmaron haber sido torturados y humillados
sistemáticamente en el curso de los interrogatorios hasta el punto de pensar
que iban a morir.
Se cuenta en este informe el
desarrollo global y cotidiano así como algunas particularidades de la
intervención de cada preso político ante el tribunal.
Primer día: Viernes 8
El viernes 8 de febrero, en
presencia de un buen centenar de observadores extranjeros, la corte marcial
marroquí inició en Rabat el juicio contra los 24 presos políticos saharauis del
grupo de «Gdeim Izik».
Esta primera jornada fijó el
marco general del proceso, dando la palabra a los juristas.
Algunas familias pudieron
entrar en la sala; otras quedaron bloqueadas en la entrada por los marroquíes.
Les fue prohibido el acceso a los amigos de los acusados y a los activistas.
Los observadores internacionales sí fueron admitidos ya fueran invitados por
las autoridades marroquíes o ya apoyaran a los saharauis.
Aunque la apertura de las
puertas tuvo lugar a las 9 h, la audiencia empezó a las 11 h. y terminó a las
21 h. con una interrupción de dos horas para comer.
En esta jornada, el procurador
del rey anunció que quería oír los testimonios de 9 personas.
La defensa se opuso, a menos
que sus identidades fueran hechas públicas y que fuera evidente que no se
trataba de agentes a sueldo del régimen. El juez decidió posponer la audiencia
de estos testigos al final del proceso tras haber oído a los acusados, sin
precisar si entonces se exigiría que su identidad fuera desvelada.
Una segunda crítica a
propósito de la forma fue antepuesta por los abogados de la defensa con
respecto a la competencia del tribunal militar. En efecto, la constitución
marroquí no reconoce tribunales de excepción. La corte rechazó los argumentos
de la defensa y se reconoció competente en base al artículo 75 del Código de
justicia militar.
Segundo día: Sábado 9
El segundo día, sábado 9 de
febrero, la corte limitó la entrada de saharauis a 45 personas. Como protesta
contra esta medida discriminatoria, las familias se negaron a entrar sin los
activistas. Al final únicamente entraron 3 representantes de la ASVDH y 5 de
CODESA. Las familias y los demás activistas se quedaron ante el tribunal
manifestando su descontento.
Fueron oídos 5 presos: Ennama
Asfari, Mohamed Tahlil, Hassan Eddah, Bachir Khadda y Abdallahi Tubali.
El primero en ser oído fue
Ennama Asfari, activista saharaui co-presidente de la organización francesa
CORELSO.
Habló del marco jurídico del
conflicto del Sahara Occidental y explicó que había sido apresado el 7 de
noviembre, es decir un día antes del ataque al campamento y los sucesos de
aquel día.
También contó que fue
maltratado y torturado en varias ocasiones.
Añadió que, en tanto que
intelectual, estaba perfectamente capacitado para firmar su declaración, y
denunció que le forzaran a poner su huella digital en el atestado que rechazó
suscribir.
Mohamed Tahlil, Hassan Eddah y
Bachir Khadda negaron los cargos. Recordaron a la corte que son activistas
conocidos por sus acciones reivindicativas de la autodeterminación del Sahara
Occidental.
Mohamed Tahlil habló en hassanía
y pidió la presencia de un traductor de árabe clásico. Una persona hizo la
traducción sin que quedase garantizado que se trataba de un traductor jurado.
Parecería más bien que se trataba de un saharaui integrado en el ejército
marroquí.
Tahlil afirmó que nunca había
entrado en el campamento de Gdeim Izik y que tampoco había participado en su
creación. Fue detenido junto a otros dos en un café de El Aaiún, el 5 de
diciembre de 2010, es decir, un mes después del desmantelamiento del
campamento.
Abdallahi Tubali, miembro del
comité de diálogo del campamento de Gdeim Izik, explicó a su vez que la
marginación de los saharauis y el expolio de sus recursos naturales fueron el
fundamento de la creación de Gdeim Izik. Negó los cargos y acusó a las
autoridades de ocupación de haberle secuestrado. Pidió que se escuchara el
testimonio de la Sra Gajmula Mint Abbi, una parlamentaria que le visitó el 7 de
noviembre de 2010. Ese día, es decir, la víspera de la intervención marroquí en
el campamento, había sido herido gravemente por la policía marroquí que le
atropelló con el coche.
Tercer día: Domingo 10
Domingo 10 de febrero, la
corte prosiguió y escuchó al preso Ettaqui Lmachdufi que explicó que el
campamento de Gdeim Izik era la prueba del rechazo de los saharauis a la
ocupación marroquí. Lamin Haddi, Brahim El Ismaili y El Ayubi Mohamed
declararon a continuación.
Por su parte, el preso
político Mohamed Lamin Haddi se sorprendió de las acusaciones que se le
imputaban y negó todas las alegaciones presentadas contra él.
«Sí, se puede morir para parar
la injusticia contra nuestro pueblo » afirmó.
Al principio de su
intervención, subrayó que su salud no le permitiría hablar demasiado.
Se presentó como activista
para la independencia del Sahara Occidental y afirmó que las autoridades
marroquíes ya habían empezado a acosarle por haber participado con otras 71
personas en un coloquio internacional en Algeria sobre « el derecho de los
pueblos a la resistencia », que tuvo lugar en septiembre de 2010.
El Sr. Haddi afirmó que,
previamente, su rechazo a cantar el himno nacional marroquí o a pronunciar «
viva el rey » le valió ser torturado aún más por los militares marroquíes.
Brahim el Ismaili dijo que, en
1987, ya había sufrido un secuestro que duró más de 8 meses en una cárcel
secreta en El Aaiún.
Recordó la legalidad
internacional y las decisiones de las Naciones Unidas respecto al conflicto del
Sahara Occidental.
Añadió que los crímenes
cometidos por Marruecos contra la población saharaui no han cesado desde 1975,
y subrayó que los refuerzos de fuerzas de seguridad y paramilitares llegados
actualmente a las ciudades del Sahara Occidental vaticinan la intención de las
autoridades de cometer nuevos actos de violencia. El Sr. Ismaili saludó al
pueblo saharaui por su solidaridad con todos ellos.
La cuarta intervención fue la
de Banga Cheij. Este joven empezó evocando ante la corte el fondo del conflicto
ligado a la descolonización y el derecho de su pueblo a la autodeterminación.
Citó las declaraciones del pensador americano Noam Chomsky que afirmó que la
primavera árabe había comenzado en Gdeim Izik.
Recordó haber sido detenido el
8 de noviembre de 2010 en el campamento de Gdaim Izik por haber llevado
medicamentos para su tía, instalada en Gdeim Izik. Recordó haber sido
transportado a la gendarmería donde padeció torturas morales y físicas.
Explicó también que cada
ciudad del Sahara Occidental expresa por sí misma la no soberanía de Marruecos
en el territorio. Los coches de Naciones Unidas y de otras organizaciones
extranjeras lo prueban con su presencia en las calles a pesar de la propaganda
falsa del país colonizador.
El Sr. Ayubi Mohamed, de 60
años, a penas puede andar, pero rechazó la ayuda de los gendarmes, tachándoles
de asesinos.
Acto seguido se desnudó para
que los jueces pudieran comprobar las marcas de torturas en su cuerpo. Después
preguntó a la corte cómo un hombre que sufre enfermedades crónicas, que no
tiene ni permiso de conducir ni coche, podía atropellar a la gente. Explicó a
continuación las razones que le llevaron a desplazarse junto a miles de saharauis
fuera de El Aaiún: el expolio de sus recursos naturales y la marginación, pero
también las trabas al derecho de autodeterminación del pueblo saharaui.
Cuarto día: Lunes 11
El 11 de febrero de 2013, el
tribunal militar de Rabat prosiguió la audiencia a los presos políticos
saharauis y escuchó a Mohamed Khona Babait, Lkhfauni Abdellah, Abderahman Zayu,
Sidi Abdellah Abahah, Mohamed Bachir Boutengiza y Sidi Abdellah Abahah.
El acusado Sr. Mohamed Khona
Babait entró en la sala cantando eslóganes a favor de la autodeterminación y de
la independencia del Sahara Occidental.
Esta vez, y contrariamente a
lo ocurrido la víspera, el juez interrumpió varias veces al acusado para
pedirle que no se saliera del contexto y que contestara a las preguntas
relativas a los cargos.
El preso Lkhfauni Abdellah
negó los cargos y acusó a los servicios marroquíes de haberle torturado y
humillado durante la detención preventiva y en el avión.
Explicó que es un antiguo
«desaparecido», encerrado todo el año 1994 en un centro secreto de El Aaiún, y
que fue detenido en 1995 por haber participado en una manifestación en Bojador.
Añadió que fue detenido en
1998 cuando intentaba alcanzar los campamentos de refugiados saharauis.
A la pregunta de por qué
impidió la entrada al campamento de Gdeim Izik al gobernador de El Aaiún,
declaró que había seguido las consignas, porque era un participante en el
campamento y no un dirigente. Añadió que había sido detenido con una periodista
española (Erena Calvo) en el puesto de gendarmería cercano al campamento.
El juez le interrumpió varias
veces, lo que conllevó la protesta de la defensa. La decisión del juez de hacer
un receso de 2 horas para la comida acortó la intervención de Lkhfauni
Abdellah.
Otros dos presos, El Bakai
Laarabi y Lafkir Mohamed M’barek, negaron igualmente las acusaciones y
explicaron las circunstancias de su arresto.
El Sr. Lafkir afirmó ser
activista por la independencia del Sahara Occidental y no por ello haber usado
la violencia jamás.
Explicó cómo las autoridades
de ocupación habían construido un muro para cercar el campamento de Gdeim Izik,
comparándolo con el muro de Berlín. Denunció la tortura y las humillaciones que
le habían infligido los policías y militares marroquíes. Éstos le arrancaron la
barba, las uñas de los pies, y orinaron sobre él.
El Bakai fue detenido el 9 de
septiembre de 2012 en Villa Cisneros cuando trabajaba en el transporte
clandestino. Fue reconocido como miembro del comité de diálogo del campamento
de Gdeim Izik y transportado a El Aaiún donde padeció tortura. Después fue
encarcelado en Salé con los otros presos por su posición política.
Abderahman Zayu es
funcionario. Afirmó amar la paz y denunciar la violencia. Es militante
asociativo y dijo que su arrestó tenía que ver con sus declaraciones a la cadena
internacional Al Jazeera. Afirmó haber sido torturado él también y negó todos
los cargos. Repitió que el Estado saharaui era la solución.
Mohamed Bachir Butngiza
también entró en la sala gritando eslóganes políticos. Empezó explicando la
historia de su compromiso político. Recordó haber sido detenido en 1992 y haber
pasado 8 meses en una cárcel secreta en El Aaiún.
Se vio forzado a emigrar fuera
de El Aaiún porque la policía había elaborado un falso expediente acusándole de
estar ligado a la droga. A pesar de que el Sahara Occidental es un país rico,
emigró clandestinamente a bordo de un barquito. Siempre ha sido activo y ha
participado en numerosas manifestaciones contra la ocupación marroquí.
Afirmó haber sido violado con
una botella tras su arresto por el policía Hamid Bahri que le acusaba de haber
matado a un soldado y haber orinado sobre él.
El Sr. Butngiza negó las
acusaciones y afirmó estar dispuesto a visionar los vídeos y contestar a todas
las preguntas. Terminó su intervención con «el estado saharaui es la solución».
Sidi Abdellah Abahah por su
parte saludó a la AMDH (Asociación Marroquí de Derechos Humanos), al partido
político Vía Democrática y a todos los honorables marroquíes, observadores, los
solidarios con la causa saharaui que han acudido a presenciar el proceso.
Según él, Marruecos envió a
más de 180.000 marroquíes a las ciudades del Sahara Occidental y los aparcó
allí durante decenios en los campamentos alrededor de las ciudades de los
Territorios Ocupados, para falsear el referéndum, dejándoles sin una
posibilidad real de movimiento o de evolución.
Hizo un paralelo entre esta
práctica del régimen marroquí y la acusación que pesa contra ellos de haber
secuestrado a ciudadanos venidos voluntariamente y cada vez en mayor número
para protestar contra la ocupación.
Quinto día: Martes 12
Martes 12 de febrero de 2013,
la corte oyó a Ahmed Sbaai, Daich Dafi, Abdeljalil Laarussi¸ Mohamed Bani,
Hussein Zaui y Mohamed Burial. Después, XXX testigos saharauis y uno de los 9
testigos marroquíes previstos.
Ahmed Sbaai se había desmayado
el 10 de febrero y fue transportado al hospital de la cárcel.
Para empezar su intervención,
declaró que durante las sesiones del interrogatorio, los instructores le habían
preguntado sobre otros temas distintos a los incidentes de Gdeim Izik, sobre
sus acciones y actividades políticas.
Padece una enfermedad cardiaca
y asegura haberse desmayado en varias ocasiones durante la instrucción. Un
médico del hospital acabó pidiendo que dejasen de torturarle.
Según él, las condiciones eran
tan duras y tan dolorosas que, en esos tiempos, pensó que iba a morir y
convertirse en mártir de la causa.
A la pregunta del juez de sus
relaciones con Hassana Aalia, el Sr. Sbaai contestó que era un colega militante
como él, y criticó las contradicciones de la policía marroquí que, sabiendo que
el Sr. Aalia estaba implicado en la manifestación de Gdeim Izik, le había
detenido y luego liberado al cabo de 3 días, dejándole ir a España.
Daich Dafi, miembro del comité
de diálogo, también entró en la sala de audiencia entonando eslóganes a favor
de la autodeterminación y la independencia del Sahara Occidental.
Se presentó como un activista
asociativo y deportivo.
Para él, el violento ataque
del campamento, el 8 de noviembre, es una traición y una ejemplificación de las
mentiras marroquíes. Explica que el general Abdelaziz Benani, jefe de estado
mayor, les había prometido 1.700 puestos de funcionarios, y ello ante los tres
gobernadores que representan al Ministro del Interior marroquí. Les habían
hecho creer que las reivindicaciones sociales saharauis se habían entendido,
cuando en la práctica resultó ser todo lo contrario.
Declaró haber sido violado con
un objeto cortante durante los interrogatorios. Mostró las marcas de tortura en
su cara. Esta violencia no ha hecho mella en su determinación y se puso a
repetir los eslóganes políticos.
Abdeljalil Laarussi, jefe de
seguridad en el campamento, también denunció haber sido violado con un objeto
cortante durante el interrogatorio. Explicó la finalidad del campamento y por
qué los habitantes saharauis decidieron desplazarse allí. Dijo que las dos
razones eran la reivindicación del respeto a la autodeterminación de su pueblo
y la oposición al expolio de los recursos naturales de su territorio.
Las preguntas del juez se
centraron en su responsabilidad real como jefe de la seguridad del campamento,
sobre sus relaciones con el Polisario. Le preguntó si su jefe era Bulsan.
Mohamed Bani dijo que había
nacido en 1969. Huyó con el pueblo saharaui al exilio de los campos de
refugiados del Sudoeste argelino en 1975. Estudió en la escuela del 9 de junio
(fecha de la muerte del mártir El Wali, fundador del Frente Polisario). Se unió
al ejército de liberación saharaui, que le enseñó sólidos valores morales, y no
pudo, por lo tanto, haber matado a nadie, en contra de lo que se le reprocha.
Trabajaba, cuando tuvieron
lugar los hechos, en el Ministerio del Equipamiento marroquí y asegura no
haberse ausentado nunca de su trabajo.
Un certificado firmado por su
director regional confirma que estuvo en su lugar de trabajo hasta el 5 de
noviembre. El procurador se opuso a este argumento, calificándolo de sin
importancia.
Hussein Zaui, empezó su
intervención saludando a la AMDH y a todas las personas solidarias con la causa
de los saharauis. Añadió que era miembro del comité de diálogo y que por lo
tanto había participado en las negociaciones con las autoridades marroquíes
representadas por altos responsables.
El ministro del interior y
tres gobernadores asistieron a estas negociaciones, que fueron dirigidas por el
llamado Ilias El Omar, presentándose este último como delegado de los órganos
supremos (es decir el rey y sus amigos).
El Sr. Zaui declaró que había
sido objeto de tentativas de corrupción, pero que había rechazado todas las propuestas.
Añadió que sufrió la violación y las torturas hasta tal punto que había tenido
que ser transportado en varias ocasiones al hospital. Terminó su testimonio
entonando eslóganes por la autodeterminación del pueblo saharaui.
Mohamed Burial, él también
miembro del comité de diálogo en el campamento de Gdeim Izik, habló en último
lugar por el grupo de presos. Preguntó a la corte por la razón de que no se
hubiera llevado una investigación a raíz del asesinato del joven Ennajem
Lgarhi, este joven saharaui al que mató el ejército marroquí. También confirmó
que Ilias El Omar estaba presente como representante de palacio en las sesiones
de diálogo y negociaciones, y era asistido por el Ministro del Interior
marroquí, demostrando así la duplicidad de la palabra del Estado marroquí.
Negó todos los cargos y entonó
eslóganes a favor de la autodeterminación.
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