martes, 30 de octubre de 2012

El enviado de la ONU para el Sáhara implica a los actores civiles para acercar posturas




Rabat, 29 oct (EFE).- El Enviado Especial del Secretario General de la ONU para el Sáhara Occidental, el estadounidense Christopher Ross, quiere implicar a actores civiles independientes para poder acercar posturas entre las partes en conflicto, como ha dejado de manifiesto en el inicio de su gira por la región.

Esta será la principal novedad de la gira de Ross, que durará casi tres semanas y comenzó el sábado en Rabat. Al parecer continuará en los territorios saharauis en los días siguientes, antes de desplazarse a Argelia y los campos de refugiados de Tinduf.

En esta su cuarta visita a Rabat, Ross fue hoy recibido en audiencia por el rey Mohamed VI, y se reunió además con los ministros de Exteriores, Saadedín al Otmani, y de Interior, Mohand Laenser, pero estos contactos entraban dentro de lo previsible (aun cuando algunas voces habían augurado que el rey no quería recibirlo).

Lo novedoso en el viaje de Ross es que por vez primera quiere escuchar a actores no designados por las partes en conflicto (Marruecos y el Frente Polisario), algo que piensa hacer no sólo en Rabat, sino también en El Aaiún y en Tinduf.

Según explicó a Efe de uno de los interlocutores en la reunión que mantuvo ayer domingo con representantes civiles en Marruecos, Ross aseguró que con su estrategia de abrir el debate a la sociedad civil pretende "desdiabolizar al otro" y crear las condiciones para un debate más abierto.

Sin embargo, también dejó claro que no hay mucho lugar para el optimismo dada la absoluta discrepancia entre las partes: mientras que para Marruecos no cabe otra solución para el Sáhara Occidental que la autonomía dentro de su territorio, el Polisario no aceptará una solución que no incluya un referéndum con la opción por la independencia.

En todo caso, y en su estrategia de "acercar posturas", Ross citó a título individual, y a través de un mediador, a siete miembros de la sociedad civil conocidos por haber expresado en el pasado un criterio independiente sobre el contencioso del Sáhara (varios de ellos son incluso ex presos políticos).

En esta reunión, que duró tres horas y tuvo lugar en un domicilio particular, los interlocutores reconocieron que hay una "identidad fuerte y real" entre los saharauis que habría que preservar en una eventual solución autonómica, algo que no parece estar garantizado con el actual plan de autonomía de Rabat.

Al mismo tiempo -siempre según la fuente- la mayor parte coincidió en que hay una especie de "guerra económica" que priva a los saharauis del acceso a sus recursos económicos, una queja que en los últimos años se ha convertido en una de las principales reivindicaciones de sectores independentistas.

Ross subrayó que él no tiene ni puede tener preferencia por ninguna de las tesis y que quiere limitarse a propiciar un diálogo político entre las partes "cuando quieran acercarse", en alusión al fracaso en que han terminado todas las rondas anteriores de contactos entre Marruecos y el Polisario.

También insistió en que el derecho a la autodeterminación permanece sobre la mesa y que la ONU "ha tomado nota" del plan marroquí de autonomía, pero no lo ha elogiado, como suele presentarse en Rabat.

Asimismo, y siempre según la misma fuente, mostró su disgusto por que el gobierno de Rabat le haya atribuido una animosidad antimarroquí que estaría supuestamente tras la inclusión de los párrafos más críticos en el último informe del Secretario General Ban Ki-moon.

En Rabat se ha atribuido a Ross las quejas recogidas en ese informe sobre el desempeño de la Misión de la ONU en el Sáhara Occidental (MINURSO), concretamente en su incapacidad para vigilar los derechos humanos en el territorio, en su subordinación (visible en el despliegue de banderas) a la autoridad marroquí y el caso de intercepciones telefónicas de sus funcionarios.

Ross dijo que el Secretario General recoge sus datos de múltiples fuentes y que él no ha sido autor de ninguna de esas críticas, por lo que no comprendió los "ataques personales" recibidos.

Con ello, Ross se refería a la decisión marroquí de retirarle la confianza como mediador el pasado mayo, una decisión sobre la que Rabat tuvo que recular meses después y admitir su continuidad en el cargo tras una conversación telefónica entre el rey Mohamed VI y Ban Ki-moon.

El entorno de Ross se ha mostrado extremadamente discreto a su paso por Rabat y no han tenido ningún contacto con medios de comunicación, siendo un misterio incluso los detalles de sus próximas visitas.

Javier Otazu

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