 Rabat, 
29 oct (EFE).- El Enviado Especial del Secretario General de la ONU para el 
Sáhara Occidental, el estadounidense Christopher Ross, quiere implicar a actores 
civiles independientes para poder acercar posturas entre las partes en 
conflicto, como ha dejado de manifiesto en el inicio de su gira por la 
región.
Rabat, 
29 oct (EFE).- El Enviado Especial del Secretario General de la ONU para el 
Sáhara Occidental, el estadounidense Christopher Ross, quiere implicar a actores 
civiles independientes para poder acercar posturas entre las partes en 
conflicto, como ha dejado de manifiesto en el inicio de su gira por la 
región.
Esta 
será la principal novedad de la gira de Ross, que durará casi tres semanas y 
comenzó el sábado en Rabat. Al parecer continuará en los territorios saharauis 
en los días siguientes, antes de desplazarse a Argelia y los campos de 
refugiados de Tinduf.
En 
esta su cuarta visita a Rabat, Ross fue hoy recibido en audiencia por el rey 
Mohamed VI, y se reunió además con los ministros de Exteriores, Saadedín al 
Otmani, y de Interior, Mohand Laenser, pero estos contactos entraban dentro de 
lo previsible (aun cuando algunas voces habían augurado que el rey no quería 
recibirlo).
Lo 
novedoso en el viaje de Ross es que por vez primera quiere escuchar a actores no 
designados por las partes en conflicto (Marruecos y el Frente Polisario), algo 
que piensa hacer no sólo en Rabat, sino también en El Aaiún y en 
Tinduf.
Según 
explicó a Efe de uno de los interlocutores en la reunión que mantuvo ayer 
domingo con representantes civiles en Marruecos, Ross aseguró que con su 
estrategia de abrir el debate a la sociedad civil pretende "desdiabolizar al 
otro" y crear las condiciones para un debate más 
abierto.
Sin 
embargo, también dejó claro que no hay mucho lugar para el optimismo dada la 
absoluta discrepancia entre las partes: mientras que para Marruecos no cabe otra 
solución para el Sáhara Occidental que la autonomía dentro de su territorio, el 
Polisario no aceptará una solución que no incluya un referéndum con la opción 
por la independencia.
En 
todo caso, y en su estrategia de "acercar posturas", Ross citó a título 
individual, y a través de un mediador, a siete miembros de la sociedad civil 
conocidos por haber expresado en el pasado un criterio independiente sobre el 
contencioso del Sáhara (varios de ellos son incluso ex presos 
políticos).
En 
esta reunión, que duró tres horas y tuvo lugar en un domicilio particular, los 
interlocutores reconocieron que hay una "identidad fuerte y real" entre los 
saharauis que habría que preservar en una eventual solución autonómica, algo que 
no parece estar garantizado con el actual plan de autonomía de 
Rabat.
Al 
mismo tiempo -siempre según la fuente- la mayor parte coincidió en que hay una 
especie de "guerra económica" que priva a los saharauis del acceso a sus 
recursos económicos, una queja que en los últimos años se ha convertido en una 
de las principales reivindicaciones de sectores 
independentistas.
Ross 
subrayó que él no tiene ni puede tener preferencia por ninguna de las tesis y 
que quiere limitarse a propiciar un diálogo político entre las partes "cuando 
quieran acercarse", en alusión al fracaso en que han terminado todas las rondas 
anteriores de contactos entre Marruecos y el Polisario.
También 
insistió en que el derecho a la autodeterminación permanece sobre la mesa y que 
la ONU "ha tomado nota" del plan marroquí de autonomía, pero no lo ha elogiado, 
como suele presentarse en Rabat.
Asimismo, 
y siempre según la misma fuente, mostró su disgusto por que el gobierno de Rabat 
le haya atribuido una animosidad antimarroquí que estaría supuestamente tras la 
inclusión de los párrafos más críticos en el último informe del Secretario 
General Ban Ki-moon.
En 
Rabat se ha atribuido a Ross las quejas recogidas en ese informe sobre el 
desempeño de la Misión de la ONU en el Sáhara Occidental (MINURSO), 
concretamente en su incapacidad para vigilar los derechos humanos en el 
territorio, en su subordinación (visible en el despliegue de banderas) a la 
autoridad marroquí y el caso de intercepciones telefónicas de sus 
funcionarios.
Ross 
dijo que el Secretario General recoge sus datos de múltiples fuentes y que él no 
ha sido autor de ninguna de esas críticas, por lo que no comprendió los "ataques 
personales" recibidos.
Con 
ello, Ross se refería a la decisión marroquí de retirarle la confianza como 
mediador el pasado mayo, una decisión sobre la que Rabat tuvo que recular meses 
después y admitir su continuidad en el cargo tras una conversación telefónica 
entre el rey Mohamed VI y Ban Ki-moon.
El 
entorno de Ross se ha mostrado extremadamente discreto a su paso por Rabat y no 
han tenido ningún contacto con medios de comunicación, siendo un misterio 
incluso los detalles de sus próximas visitas.
Javier 
Otazu
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