Composición de la Delegación:
Gregorio González Vega, Presidente de la Comisión de Solidaridad Internacional de la FECAM (Federación Canaria de Municipios), Alcalde de Vega de San Mateo.
Josefa Milán Padrón, de la ejecutiva de FEDISSAH (Federación de Instituciones Solidarias con el Sahara), Concejala del Ayuntamiento de Telde (Gran Canaria) y vocal de la Comisión de Solidaridad Internacional de la FECAM.
Objetivos de la visita:
• Romper el muro de silencio a que el Gobierno de Marruecos tiene sometido a los Territorios Ocupados del Sáhara Occidental.
• Encuentro con represaliados saharauis del Campamento de la Dignidad.
• Verificar las denuncias sobre violación de los Derechos Humanos por el Gobierno de Marruecos contra la población civil saharaui.
• Escuchar los testimonios de los ex-presos políticos, víctimas de las torturas y familiares de los presos políticos saharauis.
Actividades desarrolladas en El Aaiún.
La Delegación llegó por avión en la tarde del martes 30 de noviembre, y ya en el momento de llegada al hotel detectaron la presencia de policías marroquíes de paisano que los tenían vigilados en todo momento. Durante toda esa tarde y noche mantuvo varios encuentros con saharauis heridos a consecuencia de la intervención brutal del ejército marroquí en el desmantelamiento del Campamento de la Dignidad de Gdeim Izik y en la posterior represión en la ciudad de El Aaiún.
La Delegación no ha podido saber con certeza el número de saharauis heridos durante la intervención ya que éstos no pueden acceder a los hospitales para ser atendidos, saben con toda certeza que desde el momento que se personen en el centro sanitario serán detenidos y torturados, y es por lo que los saharauis con los que hablaron no se querían dejar fotografiar o que se supiera su nombre.
Con la colaboración de la activista saharaui por los Derechos Humanos Aminetu Haidar, que sirvió de intérprete visitamos a varios heridos. Uno de los heridos fue torturado durante el asalto al campamento, sufriendo una rotura de su pierna por tres partes que le impedía cualquier movimiento, lo desplazaron al hospital en el que estuvo quince días sin ser atendido, y va a ser llevado a juicio el próximo día 6 de diciembre.
La Delegación también pudo observar como algunos tenían heridas de bala en sus cuerpos:
- Un joven recibió un disparo que le atravesó los dos muslos.
- Una mujer recibió un disparo en el estomago, y fue además apaleada y violada.
- Una persona recibió un disparo y no ha podido ser extraída la bala que se alojó en su cuerpo.
- También visitaron a otros heridos de bala.
Al consultarles sobre cómo estaban siendo curados, comunicaron a la delegación que un señor de unos 80 años de edad se había ofrecido a intentar curarles con tratamientos tradicionales, pero que había tenido que dejar de hacerlo porque había recibido amenazas en su casa por la policía marroquí.
Nos comentan que no pueden denunciar las torturas, ni las desapariciones y tampoco interesarse por los detenidos, por el terror que tienen a ser ellos mismos torturados y detenidos. En las calles de El Aaiún se pudo constatar una enorme presencia del ejército y de policía tanto uniformada como de paisano, y algunas consecuencias de la represión sufrida tras el asalto al campamento sobre las propiedades de saharauis.
Posteriormente la Delegación se retiro al hotel con la intención de continuar al día siguiente con el programa de visitas, pero a primera hora se presentaron policías de paisano que les retiraron los pasaportes y los hicieron subir a un automóvil para, decían, conducirlos a comisaría, pero que en realidad los llevaron directamente al aeropuerto. Allí fueron interrogados durante varias horas sobre la identidad de las personas que habían visitado y sus anteriores visitas a El Aaiún, les confiscaron las tarjetas de memoria de sus teléfonos móviles, y como única acusación que les presentaron era ser personas “non grata” para el gobierno marroquí, tal y como figuraba en la orden de expulsión que los miembros de la Delegación se negaron a firmar. De ahí fueron escoltados hasta el avión de línea regular que los devolvió a Gran Canaria, entregándoles sus pasaportes en la misma escalerilla del avión.
CONCLUSIONES
1. Manifestar el bloqueo total que impide la presencia de observadores internacionales y de medios de comunicación en el Sahara Occidental.
2. Esta ausencia propicia que el Gobierno de Marruecos ejerza una brutal represión sobre la población civil saharaui con total impunidad y sin testigos de sus tropelías.
3. Es necesaria la presencia de las Naciones Unidas a través de la MINURSO para que realice un control sobre los abusos del ejército y policía marroquí contra los derechos humanos.
4. Es imprescindible la presencia de observadores internacionales permanentes y de medios de comunicación para romper el muro de silencio.
5. La atención a los heridos es prioritaria, ya que al carecer de atención médica durante tantos días puede traer consecuencias graves para su estado de salud.
6. Exigir la puesta en libertad de todos los detenidos, cuyo único delito es ser saharaui y manifestarlo en público..
7. Debemos saber la cifra exacta de desaparecidos saharauis, para lo cual se debe permitir a los familiares a interesarse por los mismos, sin el temor a ser represaliados.
8. Las Naciones Unidas deben formar una comisión de investigación internacional que esclarezca los hechos ocurridos en el Campamento de la Dignidad durante la jornada del 8 de diciembre y los días siguientes en la ciudad de El Aaiún.
9. Instamos a la ministra de asuntos exteriores del Gobierno español, Dª Trinidad Jiménez a que visite la ciudad de El Aaiún y compruebe de primera mano, y antes de que el gobierno marroquí termine por destruir las pruebas, la situación por la que ha pasado y se encuentra en la actualidad la población civil saharaui.
10. Es fundamental presionar a la ONU, U.E. y Gobiernos que respaldan a Marruecos para que exijan al Gobierno Marroquí el cumplimiento de las resoluciones de la ONU y la inmediata celebración del Referéndum de Autodeterminación con todas las opciones de forma urgente.
2 de diciembre de 2010.
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