viernes, 1 de febrero de 2013

Marruecos juzga hoy a los que considera organizadores de Gdeim Izik ante un tribunal militar




Las Palmas de Gran Canaria 31/01/2013

Si no se suspende la vista, como ya ha sucedido en dos ocasiones, los 24 saharauis detenidos en la cárcel de Salé, Marruecos, acusados de "organizar y dirigir" el campamento de protesta Gdeim Izik hace más de dos años a las afueras de El Aaiún, serán juzgados hoy en Rabat por un tribunal militar. Marruecos considera aquello un delito de conspiración e incluso les imputa la muerte de algunos de los militares que intervinieron en el violento desmantelamiento. Naciones Unidas, la Corte Penal de Derechos Humanos, países como EE.UU y todas las organizaciones de apoyo creadas entorno a este grupo de presos vienen tiempo reclamando que sean sometidos a la justicia ordinaria, como corresponde en periodo de paz. Un grupo de abogados de diversos países estará presente en la

Todos tienen entre veintipocos y cuarenta años; fueron detenidos entre los meses de noviembre -cuando el ejército marroquí desmanteló de forma violenta el campamento convocado para reclamar derechos sociales y en el que se reunieron alrededor de 20.000 saharauis- y febrero de 2011.

La madre de uno de ellos, según contaba a este medio la letrada Inés Miranda, coordinadora del grupo de observadores internacionales del Consejo General de la Abogacía que estará hoy en la sala, se desplazó a Rabat y prometió no moverse de allí hasta que su hijo saliera libre. Ha muerto esperando. Durante los primeros meses, eso sí, luchó junto a los demás familiares para lograr el derecho a visitarlo, ya que al principio permanecieron incomunicados, y aseguran que fueron torturados.

La legislación militar marroquí fija un máximo de un año para la prisión preventiva, pero según explica Miranda, cumplido el plazo, en lugar de trasladar el caso a la justicia ordinaria lo han prolongado sin dar explicación alguna. "De hecho, en periodo de paz, es inceptable desde el primer momento que sean juzgados por un tribunal militar". No obstante, ese tribunal es que suspendió las vistas fijadas en febrero y en octubre pasados, en ambos casos la víspera, y mediante una llamada de la Fiscalía a los abogados de la defensa.

Según explica Miranda, Marruecos, esta vez, ha creado un clima de rechazo a los imputados entre la opinión pública durante las últimas semanas a través de los medios de comunicación; y las protestas de Naciones Unidas o de la Corte Penal de Derechos Humanos también hacen hincapié en que el criterio del propio tribunal viene cercenado de antemano.

Letrados de Bélgica, Francia, Italia o España, como la propia Miranda, tratarán hoy de velar porque se celebre un juicio justo. Aunque Miranda aclara que "estamos hablando de un ocupante de un territorio pendiente de un referéndum al que nadie reconoce soberanía sobre el mismo, y que desmanteló de forma violenta una protesta que clamaba por derechos sociales, como la vivienda o el trabajo".

Un campamento de protesta que muchos consideran el punto de partida de la llamada primavera árabe. Al margen de eso, lo cierto es que sí fue el momento de mayor visibilidad internacional para el pueblo saharaui y desde entonces, apgados los focos, más vigilada que nunca la llegada de medios de comunicación a El Aaiún, sí se han producido otras visitas que han logrado generar cierta incomodidad para el Gobierno marroquí, como la de la Fundación Robert Kennedy, el relator de Naciones Unidas contra la tortura quien recogió en su informe las malas condiciones no sólo de apresamiento y detención sino de encierro, y pronunció la frase de "aquí huele a recién pintado" al visitar las celdas, o por supuesto, la del propio Christopher Ross, enviado-representante del Secretario General de la ONU, Ban Ki moon, para la Misión de Naciones Unidas para el referendo en el Sahara Occidental (MINURSO), antes de cuya llegada se produjo precisamente la última suspensión de este juicio.

Con un clima caldeado entre la opinión pública marroquí, mayor expectación internacional y la presencia de los observadores, es difícil preveer qué pasará hoy con los 24 detenidos, cuyo caso considera Miranda "la agresión jurídica más sangrante" aunque recuerda que hay otros 53 condenados previamente con penas diversas "de manera injusta, ya que Marruecos no tiene potestad", insiste.

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