jueves, 8 de noviembre de 2012

Gdeim Izik, muy presente


Jueves, 08 de Noviembre de 2012 16:10
 
Hace unas horas, dos años atrás, el gobierno de Marruecos dio la orden de desmantelar la mayor expresión de libertad que el pueblo saharaui había tenido en su territorio, el campamento de Gdeim Izik, también conocido como el campamento de la Dignidad Saharaui. Miles de saharauis venidos de diferentes partes del territorio cerraron las puertas de sus casas para dirigirse a las afueras de la capital ocupada del Sahara Occidental, El Aaiún y participar en la mayor protesta de los últimos tiempos contra la ocupación ilegal de Marruecos.
 
 
 
Hoy, hace dos años que el gobierno de Marruecos ordenó a todas sus cuerpos de seguridad que desmantelaran el campamento, sin tener el menor atisbo de pacifismo en este acto. Quizás, la monarquía marroquí pensó que arrasar el campamento de Gdeim izik supondría la eliminación del mismo, pero se han equivocado. El campamento sigue en el recuerdo de muchos y cada año que pasa, más presente que nunca. En la cárcel de Salé, en Marruecos, hay un grupo de 23 hombres privados de su libertad y acusados de diferentes delitos a consecuencia del campamento de la Dignidad Saharaui, no se ha realizado ninguna investigación para esclarecer las causas de las muertes, a manos de las fuerzas de seguridad de Marruecos, de los jóvenes El Garhi y Said Dambar, la violencia en el territorio hacia la población saharaui no ha cesado y ya por último, como hemos podido conocer durante esta semana, el gobierno de Marruecos ha expulsado a todos los observadores internacionales que habían en el territorio ocupado con la única función de informar de lo que allí ocurre.
 
 
 
Las tácticas del gobierno de Marruecos son claras, eliminar cualquier relación del Sahara Occidental y sus gentes con el exterior, para lo cual utiliza la violencia así como una férrea censura. Sin embargo, el régimen alauita, ante sus últimos actos, parece que se ha dado cuenta del error cometido. El desmantelamiento del campamento de Gdeim Izik supuso un nuevo punto de apoyo y fuerza para el pueblo saharaui, un nuevo peldaño en su camino hacia la libertad, y es que no hay que olvidar que la vida de los pueblos es mucho más larga que la de los dictadores que la oprimen.
 

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