MADRID // Christopher Ross, enviado especial del secretario general
de la ONU para el Sáhara Occidental, ha sido el primer responsable en
ese cargo en decidirse a romper un tabú que sus predecesores habían
respetado siempre: no incluir el territorio que Marruecos se anexionó en
1975 en sus giras por la región.
Ni James Baker ni Peter van Walsum pusieron nunca los pies en la excolonia española bajo control marroquí, una omisión muy conveniente para Rabat, que veía así de alguna manera reforzada su teoría de que el Sáhara es una más de sus regiones y que por ello ha tratado siempre de obviar la presencia de Naciones Unidas en el territorio.
Pero cuando este miércoles Ross bajó del avión en El Aaiún, la capital administrativa del Sáhara, el tabú cayó hecho añicos. El veterano diplomático norteamericano permanecerá tres días en la ciudad y, aunque no se conoce su agenda, se espera que sea también el primer enviado especial para el Sáhara que se entreviste in situ con activistas de derechos humanos.
La cuestión de los derechos humanos es especialmente relevante pues fue una de las razones por las que Marruecos trató sin éxito de vetar a Ross en mayo. El representante especial había criticado poco antes en un informe, no sólo el trato que las autoridades marroquíes dispensan a los miembros de la MINURSO, la misión de la ONU en el Sáhara, sino sobre todo las violaciones de derechos humanos.
En lo que también se considera una concesión a Marruecos, la MINURSO es la única misión de paz de la ONU que no tiene competencias para vigilar que se respeten esos derechos. El Frente Polisario lleva años reclamando esta supervisión, una demanda que ha chocado siempre con la férrea oposición de Marruecos, que cuenta con un respaldo sin fisuras de Francia, miembro permanente del Consejo de Seguridad y por lo tanto con derecho a veto.
Otra de las razones que motivaron que Marruecos retirara su confianza a Ross es que Rabat considera que éste “margina” su plan de autonomía para el territorio, un proyecto rechazado por el Frente Polisario porque descarta definitivamente la posibilidad de la independencia.
Las acusaciones de Rabat -que no logró que el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, destituyera a su enviado-, encontraron eco en el Gobierno español. En junio, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo, criticó al enviado especial de Naciones Unidas durante un viaje a la capital marroquí. Afirmó que el diplomático “se centraba en cuestiones accesorias” en vez de dedicarse a “resolver” el problema.
El Aaiún “blindado”
La gira de Ross por Europa, Argelia, Marruecos y el Sáhara Occidental tiene como objetivo recabar información para elaborar un nuevo informe sobre este contencioso pendiente de resolución desde hace 37 años. Si Ross presenciara manifestaciones masivas de la población saharaui en El Aaiún y lo reflejara en su informe, la posición marroquí se vería menoscabada, un temor que parece estar muy presente en el ánimo de Rabat.
Por ello, según ha denunciado el Frente Polisario y confirmado activistas saharauis, las autoridades marroquíes han blindado los barrios de El Aaiún en los que vive la población autóctona para evitar estas manifestaciones y ofrecer una apariencia de normalidad.
El delegado del Polisario en Tenerife, Hamdi Mansour, ha declarado a EFE que las autoridades marroquíes llevan tres días concentrando a miembros de sus fuerzas de seguridad en las calles de El Aaiún. Efectivos que “han traído de todas partes de Marruecos y del sur del muro defensivo en el Sáhara”.
Para Mansour, el objetivo es evitar “manifestaciones pacíficas por el derecho a la autodeterminación y por la aplicación del Plan de Arreglo de la ONU”. Este plan incluye un referéndum que Marruecos, tras haber aceptado inicialmente, se ha negado siempre a llevar a cabo.
http://maspublico.com/2012/11/01/la-onu-rompe-un-tabu-su-enviado-especial-visita-el-sahara-controlado-por-marruecos/
Ni James Baker ni Peter van Walsum pusieron nunca los pies en la excolonia española bajo control marroquí, una omisión muy conveniente para Rabat, que veía así de alguna manera reforzada su teoría de que el Sáhara es una más de sus regiones y que por ello ha tratado siempre de obviar la presencia de Naciones Unidas en el territorio.
Pero cuando este miércoles Ross bajó del avión en El Aaiún, la capital administrativa del Sáhara, el tabú cayó hecho añicos. El veterano diplomático norteamericano permanecerá tres días en la ciudad y, aunque no se conoce su agenda, se espera que sea también el primer enviado especial para el Sáhara que se entreviste in situ con activistas de derechos humanos.
La cuestión de los derechos humanos es especialmente relevante pues fue una de las razones por las que Marruecos trató sin éxito de vetar a Ross en mayo. El representante especial había criticado poco antes en un informe, no sólo el trato que las autoridades marroquíes dispensan a los miembros de la MINURSO, la misión de la ONU en el Sáhara, sino sobre todo las violaciones de derechos humanos.
En lo que también se considera una concesión a Marruecos, la MINURSO es la única misión de paz de la ONU que no tiene competencias para vigilar que se respeten esos derechos. El Frente Polisario lleva años reclamando esta supervisión, una demanda que ha chocado siempre con la férrea oposición de Marruecos, que cuenta con un respaldo sin fisuras de Francia, miembro permanente del Consejo de Seguridad y por lo tanto con derecho a veto.
Otra de las razones que motivaron que Marruecos retirara su confianza a Ross es que Rabat considera que éste “margina” su plan de autonomía para el territorio, un proyecto rechazado por el Frente Polisario porque descarta definitivamente la posibilidad de la independencia.
Las acusaciones de Rabat -que no logró que el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, destituyera a su enviado-, encontraron eco en el Gobierno español. En junio, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo, criticó al enviado especial de Naciones Unidas durante un viaje a la capital marroquí. Afirmó que el diplomático “se centraba en cuestiones accesorias” en vez de dedicarse a “resolver” el problema.
El Aaiún “blindado”
La gira de Ross por Europa, Argelia, Marruecos y el Sáhara Occidental tiene como objetivo recabar información para elaborar un nuevo informe sobre este contencioso pendiente de resolución desde hace 37 años. Si Ross presenciara manifestaciones masivas de la población saharaui en El Aaiún y lo reflejara en su informe, la posición marroquí se vería menoscabada, un temor que parece estar muy presente en el ánimo de Rabat.
Por ello, según ha denunciado el Frente Polisario y confirmado activistas saharauis, las autoridades marroquíes han blindado los barrios de El Aaiún en los que vive la población autóctona para evitar estas manifestaciones y ofrecer una apariencia de normalidad.
El delegado del Polisario en Tenerife, Hamdi Mansour, ha declarado a EFE que las autoridades marroquíes llevan tres días concentrando a miembros de sus fuerzas de seguridad en las calles de El Aaiún. Efectivos que “han traído de todas partes de Marruecos y del sur del muro defensivo en el Sáhara”.
Para Mansour, el objetivo es evitar “manifestaciones pacíficas por el derecho a la autodeterminación y por la aplicación del Plan de Arreglo de la ONU”. Este plan incluye un referéndum que Marruecos, tras haber aceptado inicialmente, se ha negado siempre a llevar a cabo.
http://maspublico.com/2012/11/01/la-onu-rompe-un-tabu-su-enviado-especial-visita-el-sahara-controlado-por-marruecos/
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