jueves, 8 de noviembre de 2012

Tres de los extranjeros expulsados denuncian en Rabat lo ocurrido


Como anunciamos ayer, el grupo de activistas prosaharauis formado por Amancay Villaba, Íñigo Gutiérrez y Adrián Gallero, representantes de CEAS-Sáhara y Sahara Thawra, se encuentran en la capital marroquí, Rabat, desde ayer miércoles por la mañana, tras haber sido expulsados el martes por la tarde de El Aaiún ocupado.

 

Su objetivo en Rabat es presentar una queja formal en el Consulado español de la capital marroquí y en la Embajada Española, en la que poder denunciar lo ocurrido y exigir explicaciones a la delegación diplomática española; denunciando la impunidad marroquí.

 

Durante el día de ayer se presenciaron ante el Consulado de España en Rabat y solicitaron, por escrito, una cita con el Cónsul para trasladarle lo ocurrido durante su viaje a El Aaiún y su expulsión por parte de la policía marroquí y exponerle todas sus quejas.

Ese encuentro, en teoría, está programado para hoy, día 8 de noviembre.

 

Durante su “visita” al consulado, expusieron sus quejas ante los funcionarios que se encontraban en el mismo, recibiendo nulo interés por las mismas.

Al conocer su intención de presentar denuncia sobre lo ocurrido en El Aaiún, ante los Juzgados de Rabat, en el Consulado les  aconsejaron, curiosamente, que no es recomendable que lo hagan ya que “no van a conseguir nada”.

A pesar de ello, nuestros compañeros en Rabat pretenden tramitar esta denuncia durante el día de hoy.

 

Durante el día de ayer también se presenciaron ante la embajada española en Rabat. Una vez en la puerta, les impidieron el paso alegando que para trámites de ese tipo está el teléfono de emergencias del consulado.

Durante la visita, insistieron en que querían exponer formalmente lo ocurrido y presentar una queja por la nula implicación de la embajada española ante su caso y el de todos los españoles expulsados de El Aaiún durante el martes y el miércoles.

Durante todo el tiempo que estuvieron en la Embajada, los funcionarios de seguridad no les dejaron pasar el arco de seguridad, donde se encuentra el escáner.

Finalmente accedieron a llamar al teléfono de emergencia del Consulado.

Tras varios minutos al teléfono, consiguieron que les pusieran en contacto con el Canciller y pudieron mantener una conversación de varios minutos con el mismo. El Canciller hizo referencia a que se trata de un conflicto político y diplomático por lo que era extremadamente complicado tratar el tema que le planteaban y que no podía hacerse cargo de su caso, recomendándoles “volver a casa y hacer las gestiones desde España, a través del Ministerio de asuntos exteriores, no desde Rabat; o presenciarse en la Embajada de Marruecos en España”.

El Canciller les dijo también que ni España ni Marruecos se iban a hacer cargo de los gastos de la expulsión.

Paralelamente intentaron iniciar cualquier queja formal sobre lo sucedido, sin permitirles realizarla, alegando que no es el lugar para hacer algo así.

 

En el día de hoy, jueves 8 de Noviembre, los tres compañeros van a seguir intentando, por todos los medios y ante todas las instancias posibles, exponer el caso de las múltiples expulsiones por parte de la policía marroquí en El Aaiún, denunciar que la legislación marroquí no puede ser la que impere en el Territorio de Sahara Occidental, declarado No Autónomo, por lo que la legislación pertinente debería de ser la internacional o, en todo caso, la española, que continúa siendo la potencia administradora de iure; y denunciar la impunidad del Régimen marroquí ante la violación de Derechos Humanos del Pueblo Saharaui y su convencimiento, por encima de todo, de que no exista ningún testigo extranjero que pueda dar testimonio de ello.

Hoy, 8 de noviembre, cuando se cumplen dos años del brutal desmantelamiento de Gdeim Izik, la situación en la ciudad ocupada de El Aaiún se repite. Fronteras cerradas a extranjeros y periodistas, ciudades sitiadas y totalmente militarizadas, declaraciones oficiales falsas e hipócritas, denuncias desesperadas de saharauis y observadores que no llegan a los grandes medios de comunicación ni a los políticos responsables…

Está claro que el Régimen marroquí no quiere testigos de su violenta y represora política contra la población saharaui y también está claro que la política internacional también mira para otro lado y continua abandonando e ignorando el grito de un pueblo y su legítimo derecho a la autodeterminación.

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