En
su informe, publicado hoy, HRW indica que el reciente juicio militar contra 25
saharauis por los llamados "sucesos de Gdaim Izik", que se saldó con condenas de
entre 20 años y cadena perpetua para 23 de ellos, estuvo "lleno de
irregularidades".
"El
tribunal militar (...) no examinó los alegatos, según los cuales las confesiones
fueron obtenidas mediante tortura y otras formas de coacción", indica el
informe, que añade que estas confesiones "constituyeron al aparecer la prueba
principal, o la única, contra ellos, como muestra claramente el fallo entregado
por el tribunal".
El
17 de febrero, el Tribunal Militar de Rabat condenó a 25 saharauis por la muerte
de once agentes marroquíes en los disturbios ocasionados el 8 de noviembre de
2010 durante el levantamiento del campamento de Gdaim Izik, a las afueras de El
Aaiún, capital administrativa del Sáhara Occidental, para reivindicar sus
derechos sociales y económicos.
Además
de los once agentes marroquíes, también fallecieron dos saharauis durante estos
sucesos.
"La
pérdida de vidas humanas en Gdaim Izik es ciertamente deplorable, pero la
fiscalía no ha sabido establecer de manera creíble -tras 26 meses de detención
preventiva para la mayoría de los acusados- que estos fuesen responsables de la
violencia", destaca Sarah Leah Whitson, directora de HRW para Oriente Medio y el
norte de África.
Whitson
agrega en el informe que "en muchas ocasiones hemos visto a fiscales marroquíes,
en procesos políticamente sensibles, no presentar pruebas materiales o
testimonios que demuestren la culpabilidad de los acusados, sino simples
confesiones obtenidas en dudosas circunstancias".
El
informe añade que "a pesar de que el tribunal llevó a cabo audiencias públicas a
las que asistieron decenas de observadores locales e internacionales y se
permitió a los acusados expresarse sin interrupción (...) el hecho de que unos
civiles comparezcan ante un tribunal militar viola los principios básicos
internacionales relativos a los procesos justos".
La
organización indica que "el fallo no detalla las pruebas sobre las que se basó
el tribunal para declararles culpables, y dado que no se menciona ninguna otra
prueba, el veredicto parece basarse en las dudosas confesiones de los acusados a
la policía".
Asimismo,
HRW destaca que "durante el juicio ningún testigo pudo identificar a uno solo de
los acusados como responsables de los actos violentos", y añade que cuando se
presentaron las armas incautadas por la policía "no se proporcionaron pruebas
científicas o forenses que implicasen a los acusados".
"El
único vínculo entre los acusados y las armas se encuentra en sus dudosas
confesiones", afirma el documento de HRW, que subraya que la fiscalía "presentó
muy pocas pruebas, o ninguna, con las que se pueda atribuir a los acusados la
muerte de los miembros de las fuerzas de seguridad".
Por último, HRW dice que "la
Justicia marroquí ha minado la credibilidad de su propio juicio al presentar a
unos acusados civiles ante un tribunal militar, sin tener en cuenta las normas
internacionales sobre los procesos y privándoles de su derecho a una verdadera
apelación". EFE
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