Agencia EFE, Javier Otazu
Rabat, 26 de abril (EFE).-Marruecos ha conseguido una victoria al conseguir "descafeinar" un proyecto estadounidense ante el Consejo de Seguridad para dar a la misión de la ONU (Minurso) el control de los derechos humanos en el Sahara Occidental, pero varias voces en Rabat advierten de que ese logro es momentáneo.
La propuesta inicial de EEUU incluía que la Minurso, cuyo mandato expira a fines de abril y que necesita de una nueva resolución para su prórroga, tuviera en adelante prerrogativas para vigilar los derechos humanos -en línea con otras misiones internacionales de la ONU-, lo que fue percibido en Rabat como un atentado a su soberanía.
Tras una intensa semana de movilización nacional, encabezada por el propio rey Mohamed VI, y que se plasmó incluso en la cancelación unilateral de unas maniobras militares con EEUU, las negociaciones diplomáticas marroquíes dieron sus frutos.
De este modo, la resolución recogió solo un vago llamamiento a profundizar en el respeto a los derechos humanos en el territorio saharaui y en la ciudad meridional argelina de Tinduf, donde se concentra el mayor número de campamentos de refugiados saharauis.
La prensa marroquí lleva varios días celebrando "la victoria diplomática" y "la derrota de las maniobras del Frente Polisario", pero algunas voces ya se alzan para matizar el triunfalismo reinante.
Desde El Aaiún, capital del Sahara Occidental, Brahim Dahan, presidente de la Asociación saharaui de víctimas de violaciones de derechos humanos (ASVDH, semitolerada pero ilegal), consideró que todo el "ruido" generado durante una semana "ha sido muy bueno porque ha conseguido poner el foco en la situación de los derechos humanos en el territorio".
"Estamos satisfechos porque todo el mundo, incluida la ONU, el Parlamento Europeo, organizaciones como Amnistía Internacional o Human Right Watch, están ya hablando el mismo lenguaje, el del respeto irrestricto de los derechos humanos en el Sahara, y Marruecos no puede negar que el asunto ha significado un terremoto en sus relaciones con los Estados Unidos", sentenció.
Desde Rabat, la diputada saharaui Gajmoula bent Abi, disidente del Polisario y respetada por su independencia de criterio, cree también que después de lo sucedido, va a haber un antes y un después: "Esto no termina aquí; ha sido como una señal de que hay que gestionar el tema de los derechos humanos escuchando a la gente" del Sahara.
Para Gajmoula, la cuestión del Sahara "no se está gestionando bien" por las autoridades marroquíes, que deben "prestar oídos a la población cuando plantean problemas de desempleo, vivienda, paro o salud" en el territorio.
Pero otras voces, incluidas las de periodistas inequívocamente alineados con la tesis sagrada de la llamada "marroquinidad del Sahara", también se han desmarcado del triunfalismo ambiental.
Uno de los más leídos en el país, el director del diario "Ajbar al Yaum", Tawfiq Bouachrine, escribió hoy que "sólo hemos ganado una ronda, ahora nos queda toda una batalla grande, complicada y larga", y cree que la actitud de Estados Unidos "infunde inquietud y nos debe llevar a revisar muchas cartas en cuanto a nuestras relaciones con EEUU".
El diario "Al Massae", el más leído del país, abunda en la misma línea en su editorial de hoy: "Tenemos que abandonar la ilusión de que existen los 'amigos de Marruecos' y aplicar un programa decisivo para desarrollar la acción diplomática".
La resolución -recuerda Al Massae- significa que el gobierno "se ve obligado a respetar la resolución y desarrollar la acción de las organizaciones pro derechos humanos en Marruecos", con lo que "hemos ganado una batalla pero eso no significa ganar la guerra".
Según indican en Rabat numerosos observadores, el independentismo saharaui -de dentro o de fuera del territorio- ha conseguido poner en la agenda de forma permanente dos temas que Marruecos había conseguido orillar hasta ahora: el respeto a los derechos humanos y la explotación de los recursos naturales en el Sahara Occidental.
No es casual que, mientras en las bambalinas de la ONU se discutían los párrafos de la resolución, el acuerdo de pesca euro-marroquí se encuentra bloqueado en el seno de la Comisión Europea debido una vez más a la toma en consideración de los beneficios de la población saharaui, en cuyas costas se recoge la mayoría del pescado.
El pasado lunes, el ministro español de Agricultura y Pesca Miguel Arias Cañete reconoció que el acuerdo ya no reviste dificultades técnicas ni financieras, sino políticas, que concretamente tienen que ver con "los beneficios de las poblaciones y los temas vinculados a derechos humanos que algunas delegaciones, sobre todo nórdicas, han puesto encima de la mesa". EFE
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